17 junio, 2008

Después del amor.

Hay escenarios oscuros que me trasportan a la vida que nos tocó en otro tiempo, aquella a la que no supimos renunciar, de la que no supimos escondernos a tiempo. Y así, sin pretenderlo, por azares varios, terminamos de derrota en derrota, siempre cansados, con demasiado peso sobre nuestras espaldas. Aquella vida -ya me lo decía mi madre- no era vida, más que para los que se creían peor que los gusanos. No era nuestro caso. Tu y yo teníamos talento, imaginación; incluso éramos guapos, y eso debería de ayudarnos a sobrevivir, a recuperar la dignidad en una realidad que podría ser reconfortante, apetecible. Pero no supimos escribir el futuro, ni leer los mapas que dibujaban nuestro destino, ni tú ni yo.
Hoy te escribo desde un paisaje distinto, sin cerezos en flor, sin margaritas, sin mariposas revoloteando sobre los tejados de las casas. Hoy supe que tus lágrimas de azufre no podían compararse a las mías. Las mías eran pura ginebra con tónica, siempre a la temperatura ideal, para mantener frío el corazón y loca la cabeza. No sé que contarte, ni siquiera sé si agradecerás el gesto, que mi voz suene de nuevo en tu patio trasero, bajo el magnolio. Olía siempre a primavera, era aquel suavizante que comprabas en el economato. El suavizante de los pobres olía a primavera, y así iba yo como un pincel a la fábrica, cada mañana. Aquellos malditos años, y tu siempre con tu sonrisa pintada, como si nada.
Hoy veo otro país bajo el mismo sol de entonces, sin ti. Quizás me vendí un poco al cemento de las edificaciones, al dinero y a los caprichos de un sistema que estaba dispuesto a devorarnos. Quizás dejé de lado algunos principios por los que antes bien hubiera arriesgado mi propia vida, pero en el fondo creo que tenía mis motivos. No te estoy pidiendo perdón, pero no concibo otra forma de hacer las cosas. Vivo en una urbanización de lujo, tengo dos coches y una casa de veraneo en la playa. A veces me acuerdo de aquel patio, del hijo que perdimos, de lo que no supimos construír juntos. Aquella vida -ya me lo decía mi madre- no era vida.

4 comentarios:

susana dijo...

ÁNIMO SÚPER REINA!!!!!
CUIDATE Y BESITOS.(no pienso más,lo siento)

Reina de Palandria dijo...

Animo tu también, que ta te queda menos...Nos vemos pronto, no? esta semana en la Verdura no podrá ser, creo. Pero nos vemos por la Cabaña.
Mucha suerte¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡

Besitos.

vanesa dijo...

DESPUES DEL AMOR
.
No pudimos ser. La tierra
no pudo tanto. No somos
cuanto se propuso el sol
en un anhelo remoto.
Un pie se acerca a lo claro,
en lo oscuro insiste el otro.
Porque el amor no es perpetuo
en nadie, ni en mí tampoco.
El odio aguarda un instante
dentro del carbón más hondo.
Rojo es el odio y nutrido.
El amor, pálido y solo.
Cansado de odiar, te amo.
Cansado de amar, te odio.
Llueve tiempo, llueve tiempo.
Y un día triste entre todos,
triste por toda la tierra,
triste desde mí hasta el lobo,
dormimos y despertamos
con un tigre entre los ojos.
Piedras, hombres como piedras,
duros y plenos de encono,
chocan en el aire, donde
chocan las piedras de pronto.
Soledades que hoy rechazan
y ayer juntaban sus rostros.
Soledades que en el beso
guardan el rugido sordo.
Soledades, para siempre.
Soledades sin apoyo.
Cuerpos como un mar voraz
entrechocando, furioso.
Solitariamente atados
el amor, por el odio.
Por las venas surgen hombres,
cruzan las ciudades, sordos.
En el corazón arraiga
Solitariamente todo.
Huellas sin campaña quedan
como en el agua, en el fondo.
Sólo una voz, a lo lejos,
siempre a lo lejos la oigo,
acompaña y hace ir-
igual que el cuello a los hombros.
Só1o una voz me arrebata
este armazón espinoso
de vello retrocedido
y erizado que, me pongo.
Los secos vientos no pueden
secar los mares jugosos.
Y el corazón permanece
fresco en su cárcel de agosto,
porque esa voz es el alma
mas tierna de los arroyos.
"Mi fiel: me acuerdo de ti
después del sol y del polvo,
antes de la misma luna,
tumba de un sueño amoroso."
Amor: aleja mi ser
de sus primeros escombros,
y edificándome, dicta
una verdad como un soplo.
Después del amor, la tierra.
Después de la tierra, todo.
.. .

Reina de Palandria dijo...

Gracias, no puedo decir nada más que gracias. Cuando la mañana no tiene mucho sentido, entonces, llegan como salvadores poemas, relatos...vuestras voces que me recuerdan que no estoy sóla en medio del caos, que el caos es la vida y vuestros afectos, y que no está tan mal, después de todo, levantarse cada mañana, y encontraros aquí, muy cerquita de mi, sujetándome siempre con vuestras palabras.
Besos.