poema de agosto sobre la ausencia

agosto agoniza
en la ausencia de sol,
de esperanzas de amor,
de ferrero Rocher en los estantes
de los supermercados.


dijo que volvería
el próximo verano...
la promesa infinita de la historia,
volver , siempre volver,
a los paisajes gastados de memoria



y en su voz
adiviné aquella primera traición
de la vida,
lección implacable del tiempo
sobre los pupitres y las telarañas.


llueve otra vez,
esta tarde parece lluvia de tristeza,
sobre las atracciones ,
sobre los feriantes, con sus caras sucias
y sus hijos pidiendo limosna


también les dió por robar carteras
a los turistas.
yo me pregunto entonces
donde pasé tardes como esta
cuando él estaba conmigo


íbamos a la plaza del centro
y recuerdo un sol atroz sobre las aceras
me gustaba verle comer algodón de color rosa
sin atragantarse ni dar tregua,
creo que le quería.


agosto me trajo una luz
de otro tiempo,
desgraciadamente no hay medicamentos
contra la nostalgia
ni contra las mentiras...


atropellaron a mi perro
en la estación de autobuses
mientras yo esperaba en el andén número diez,
"autobús procedente de Madrid
estacionará en el andén número diez en cinco minutos"


y bajaron los pasajeros
con maletas de sueños y de futuro,
pero el chico del verano pasado no compró su billete
en Chamartín, no tenía demasiado interés
en reencontrarme


sin perro y sin amante volví
a mi casa, en el centro de la ciudad.
fuegos artificiales y música de orquesta,
era el día grande de las fiestas de la Peregrina,
no quería que nadie me viese llorar