05 marzo, 2008

Marzo

Se han alargado los atardeceres.
Después de la lluvia,
la nostalgia es tan sólo
un reguero de agua sucia.
El amor es más que una palabra
en los labios de una mujer repipi,
pero no voy a hablaros de eso.
A veces pienso en los momentos perdidos,
en las estaciones perdidas, en los trenes perdidos…
Puedo follar cuando quiera,
con quien quiera,
no necesito deshojar la margarita.
No necesito que me consueles.
Me conformo con sentir el pulso de la vida
en la vena más gorda de mi cuello,
el deseo adormecido,
como una metáfora misma de mi corazón.
Temblé muchas veces
bajo el sol último de la tarde.
Eran otras encrucijadas,
cuando aún ardíamos juntos.
Después de la lluvia,
serena aparece una luz diferente
a todo lo que conocemos.
No me hagas promesas,
ni siquiera aquellas que estés dispuesto a cumplir.
El mundo lo arrasará todo
con sus ojos cansados del tiempo.
No necesito ninguna reconciliación.
A veces, es mejor así.

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