18 noviembre, 2008

Después de la boda, me quedé, vacía. Estoy en un callejón sin salida, cansada y triste. Ni siquiera el sexo me motiva. Añoro algunos besos, pero tampoco con demasiado interés. Supongo que este hastío tiene alguna razón de ser oculta, que no alcanzo a comprender ahora, bajo esta luz. Noviembre se extiende como un gran manto de tranquilidad y aburrimiento sobre mis ojos. Sólo el momento preciso de la boda me reconforta un poco. Sin embargo, al mismo tiempo, la nostalgia que me dejó ese día me provoca una pequeña angustia. No me cabe más emoción en mi alma, y al mismo tiempo estoy seca.
Me veo a mi misma, desde fuera, y asisto a mi vida como quien asiste a una novela insustancial, patética, carente de sentido. Hoy no me gusto, no me aguanto, me aburro a mi misma.
Tan sólo los recuerdos de otras épocas felices, los años de universidad tal vez, o incluso la época del instituto , me alivian un poco. Soy lo que fui, pero ahora no se muy bien qué es lo que he construído. Supongo que nada, eso es, nada. Camino sóla por la vida, sin un amor con el que envejecer a mi lado, sin un hijo fruto de mis entrañas, sin echar raíces en ninguna parte...Sin trono, sin reino. Y ya no me sirven las metáforas.

1 comentario:

susana dijo...

VENGA ÁNIMO,NO TE AGOBIES HAY QUE SER POSITIVA EN LA VIDA, TODO EN LA VIDA PODRIA SER PERO ,TENEMOS QUE VER QUE HAY MUCHA GENTE PERO.
MUCHOS BESOS, ARRIBA ESA MORAL.

SALUDIÑOS.