Olerte es una explosión.
Fuimos huracán y tierra
mojada, entretanto
aprendimos a
perdonarlo casi todo.
Hacer el amor es un
acto violento, intransigente
que culmina en la nada
como casi todas las heroicidades.
Vértigo, naúsea, probabilidad...
La vida se resume bien
y la estadística la define.
Podemos tener un accidente
en cualquier esquina,
un segundo y todo termina,
un callejón equivocado, un avión
que no sale a su hora,
una tormenta de verano...
En cualquier esquina
acecha el infortunio.
Y nosotros en medio
del infierno, como hombres
que tienen algo que ganar,
desgastándonos de amor
de contrabando,
lo único puro que se resiste
a la lluvia amarilla
de las ciudades.
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