I
Saborear tu alma,
bebérmela, tragármela
con el sencillo
gesto con el que
una garrapata succiona
la sangre de sus víctimas.
Es amor, no conozco
otra palabra que defina
estas ganas de reducirte,
de exprimir tu esencia
sin remordimientos.
Es amor, y como tal
deja un regusto agrio
cuando se ha consumdado
definitivamente.
II
Hoy hace frío
y llego tarde a una reunión
importante, no corre prisa
el amor, amor mío.
Podemos aniquilarnos
en cualquier invierno
pegajoso que nos deje huérfanos
de todo, y atrevernos entonces
a ser nosotros mismos.
Diciembre te espera
con las pomposidades de las
que se ha ido haciendo
cómplice con los años.
Te asquean tanto como a mi
los árboles navideños
y las sonrisas familiares para la ocasión.
Podría salvarte con mi
lengua de mantis religiosa,
sin dolor, amor mío.
Pero hoy hace frío
y podemos aniquilarnos
en cualquier otro invierno.
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