15 enero, 2009

He decidido recomponer ciertos pedazos de mi existencia, sin pudor y sin prisa. Quizas hoy sea un día como otro cualquiera. Leo varios libros a la vez, el primero , el que me roba más minutos es Las sandalias del pescador. Estoy empezándolo y no se todavía lo que va a depararme.
A las lecturas llega uno de una manera curiosa, como a cada acontecimiento relevante que sucede en nuestras vidas. A Las sandalias... llegué de la mano de un amigo que a través de un sms lo calificó de manera brutal como impresionante. También estoy releyendo los cuentos de Chejov, a los que llegué por un corto que se estrena hoy en el Teatro Principal de Pontevedra.
Cada lectura delimita estados de ánimo, momentos puntuales de nuestra vida. Después de la literatura nos queda la vida, con esa imprecisión que a veces dejan los días grises en los que nada termina de colocarse en su sitio.
Acabo de leer la crítica que en un blog se hace de la novela de Jabois. Novela agridulce. Fue mi primera lectura del año, y creo que no la leí en mi mejor momento. Hay novelas que hacen daño si no escoge una el momento adecuado.Escoger una lectura a veces es dificil, porque no sabe uno como se encuentra su alma ni en que tiempo va hacer al día siguiente, y escoger el momento equivocado puede incluso arruinarnos la impresión sobre una fantástica novela. Así que buscaré otro tiempo distinto para releerla y encariñarme un poco más con los desgarrados personajes que viven en ella. Aun así, comparto con Mabalot lo de "pero lo que sí sé es que hay fragmentos que de por sí valen la lectura de esta novela..."y añado yo, sobre todo en la primera mitad de la misma.

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