Verano

Abandonados tengo mis asuntos, por pereza, por el sol ,por las playas maravillosas de las Rías Baixas...en fin, por otros menesteres.Porque a veces la palabra no fluye, ni es necesaria para sobrevivir entre los días.

Llegó el verano, con su alerta amarilla por el calor y con la felicidad de las cosas rutinarias de esta estación pontevedresa. Porque el vernao es Pontevedra y Pontevedra es el verano. Una fusión de dos estados que no podrían entenderse uno sin el otro. Pontevedra es verano cada tarde en la plaza de la Verdura; Pontevedra es verano en cada chiringuito de playa a lo largo de toda su costa; Pontevedra es verano en las noches interminables y sus calenturas, como dijo el poeta. Pontevedra es verano en los paseos por la Ila das Esculturas; en las bicicletas del Concello; en la ropita mínima de colores vivos de Zara y Stradibaryus...

Ayer mismo Miguel Caruncho imortalizaba el veranito de la playa de Portocelo a mediodía, con esas mujeres que diariamente bajan a la playa cargando con sombrilla y silla de playa como si se tratase de una obligación más que de una devoción. Curten su piel en el sol de Portocelo desde los primeros rayos de sol de marzo o abril, pero en pleno Julio, en plena ola de calor, no desfallecen y comen fresas y cerezas contentas mirando al mar entre chisme y chisme sobre los asuntos de su querido Marín. Me gusta mezclarme de cuando en vez con esta estirpe de "playófilas" que hablan alto y miran con descaro si te pones a hacer topless en su playa. Las escucho con cierto disimulo, y me doy cuenta de que los políticos deberían en verano dedicarse a pasear estas playas de cercanías para comprender el sentir del pueblo llano y sus preocupaciones. Pasan de como hacer un buen gazpacho a la subida del IVA sin mediar coma, y luego vuelven a las operaciones de la Esteban y sus juicios, a Garzón y Varela, a las ojeras de Zapatero y los culos caídos de las turistas que se bañan en la orilla y que tienen acento gaditano. Es fantástico.