29 septiembre, 2011

Pensó: "Ahora que por fin me han abandonado todas las cosas pasajeras, ahora que vuelvo a estar bajo el sol, como cuando fui un chiquillo, me doy cuenta de que no sé nada, de que no soy capaz de nada, de que no he aprendido nada. ¡Qué raro es todo esto¡ Ahora voy a empezar de nuevo, como un niño, a pesar de que ya no soy joven y que mis cabellos empiezan a encanecer -sonrió otra vez-. Sí, tu destino será muy singular".

Después de haberse perdido, Siddharta volvía a encontrarse en este mundo y se veía vacío, desnudo e ignorante. Y, sin embargo, no podía sentir pena por lo ocurrido. No. Al contrario, tenía deseos de reír, de burlarse de sí mismo, de chancearse de todo ese mundo tan necio y absurdo.

"¡Haces las cosas al revés¡", se acusó a sí mismo, mientras se echaba a reír.


SIDDHARTA. Hermann Hesse

1 comentario:

vanesa dijo...

Alguién me dijo una vez;
"Es curioso, cuando se da por supuesto que hay que reírse no lo haces y sin embargo cuando se trata de algo supuestamente serio,
te tronchas".

Esto es "estar de vuelta".